Identidad del Antiguo Alumno de Don Bosco
Tema 4. Dimensión organizativa. Los AA.AA.DB. de hoy: retos para las federaciones y asociaciones.
1. Premisas
Cuando últimamente nos replanteamos cómo hacer resurgir el movimiento de los Exalumnos, siempre nos detenemos en los consejos de la Congregación Salesiana. Sin embargo, son los propios salesianos los que nos demandan a los seglares respuestas para que la Familia Salesiana no se vea afectada grandemente por la actual crisis de fe y de valores cristianos en la sociedad europea. El “volver a Don Bosco” que nos repite insistentemente el Rector Mayor es el punto de partida, pues estudiando nuestros orígenes seremos conscientes de las fuerzas y debilidades pasadas para cotejarlas con las riquezas y necesidades actuales.
Todo ello dentro de un contexto que tiene importantes diferencias con el tiempo que a Don Bosco le tocó vivir y actuar. Las situaciones cultural, religiosa y social son muy distintas de las del siglo XIX, y los alumnos del oratorio de entonces se parecen muy poco a los de la actual Europa.
Por eso debemos entrar a recordar brevemente nuestros orígenes, conocer el espíritu de nuestro movimiento, cómo y para qué surgió, saber cómo debemos organizarnos y cómo afrontar cristianamente los grandes retos que la sociedad demanda.
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2. Origen y espíritu del movimiento
Los orígenes nos indican que la razón de ser del movimiento es el resultado de la confluencia de dos grandes amores recíprocos: el de un buen padre, Don Bosco, hacia sus hijos, sus alumnos, y el amor de los hijos hacia Don Bosco, a quien lo consideraban un verdadero padre, de ahí que le respondieran con el cariño y la gratitud de un buen hijo.
Verdaderamente, el origen se encuentra en la figura personalizada de Don Bosco, su personalidad, la aplicación en el Oratorio de su sistema preventivo en un clima de familia y de confianza. Son numerosísimos los testimonios de Exalumnos a través de cartas que cuentan lo que fue Don Bosco para ellos, y también el propio santo nos dejó por escrito gran número de documentos y cartas en las que nos dice lo que significaban los jóvenes del Oratorio para él.
Sin embargo, en contraposición a otros grupos de la Familia Salesiana, no fue Don Bosco quien tomó la iniciativa en la formación de los AA.AA., aunque siempre tuvo con ellos excelentes relaciones. Tampoco fue constituido por sus colaboradores como Asociación post-escolar, con elementos escogidos, madurados, sino que brotó por sí mismo, con la fuerza propia de aquellas cosas cuyo origen y vida derivan de causas naturales y espontáneas. Fueron las propias bases quienes sugirieron y llevaron adelante esta iniciativa de encontrarse los Exalumnos del Oratorio con Don Bosco, y fueron programando también los ámbitos de su actuación. No era un grupo institucionalizado, ni dirigido desde arriba ni se movía según unas exigencias programadas: no tenía prácticas piadosas, ni reuniones de formación. Lo único que les unía era el afecto agradecido a Don Bosco y su deseo de verlo y oír sus palabras de aliento y ayuda. Y, evidentemente, no todos los AA.AA. de Don Bosco respondían positivamente a tales convocatorias, algunos incluso se volvieron en contra de él. Por tanto, desde un inicio, ser AA.AA. no bastaba: lo que bastaba era el afecto y el agradecimiento por la educación recibida.
Durante la vida de Don Bosco no hubo una organización oficial de los exalumnos en uniones y federaciones. El paso de las relaciones individuales a las relaciones de grupo se produce en 1870 cuando Carlo Gastini encabeza una comitiva de 13 personas para festejar la onomástica de Don Bosco. Nunca ya desaparecería esta presencia masiva de exalumnos en esa fiesta del 24 de junio. En vista del creciente número de participantes, fue necesario constituir un comité con la tarea de organizar y dar vida al encuentro anual don Don Bosco. A partir de ahí van surgiendo distintas iniciativas que van conformando pequeños avances de organización de exalumnos, hasta tal punto que pronto se comenzó a hablar de una “sociedad de Exalumnos”.
Pronto el fenómeno de vuelta espontánea de los AA.AA. a las casas salesianas donde habían sido educados se extendió a otros lugares de Italia y de otras partes. Por eso paulatinamente nace el deseo de asociarse en una organización más compacta[1]. Así, con la expansión y creación de asociaciones y federaciones se dio un importante paso adelante en el movimiento exalumnal. De ser una asociación espontánea y libre, que partía de las bases, pasó a ser una asociación organizada y dirigida desde arriba. Con ello se perdió la espontaneidad en favor de la organización. Se dio un contenido doctrinal más preciso y una finalidad práctica mejor definida. Los puntos base que se afirman son:
- la figura de Don Bosco y su sistema educativo
- una serie de valores que se derivan de ese sistema para la educación básica de los AA.AA., es decir la educación recibida.
[1] La primera unión local de ex alumnos de la que se conserva el reglamento fue la de Valdocco, que al parecer fue fundada en 1894. En 1898 esta Unión participó en la inauguración del monumento levantado en el pueblo de Castelnuovo en honor del fundador de los salesianos. Siguieron las asociaciones de Parma, ya bien regulada mediante estatuto de 12 puntos. Siguieron en Italia las asociaciones de Faenza y Milán. En 1899 Don Rúa, en su viaje a España, visitó Barcelona, donde fue recibido con entusiasmo por los chicos educados en los talleres salesianos, que, animados por Don Rúa, echaron antes de que él se marchara los cimientos de una asociación permanente de antiguos alumnos de las Escuelas Salesianas de Sarriá.
Don Rua se implicó fuertemente a favor de estas asociaciones de AA.AA. Para él, el principal objetivo para los salesianos con estos movimientos era que continuaran siendo los educadores de sus alumnos adultos, como lo habían sido cuando eran jóvenes. De entre los elementos que señala Don Rua, podemos destacar: su preocupación porque conservaran la práctica cristiana y las enseñanzas recibidas, atención a la dimensión social de ayuda mutua y de búsqueda de trabajo, y no deja de indicar el sostén que en momentos de dificultad dan a los salesianos.
En 1901 Don Felipe Rinaldi es nombrado Prefecto General de la Congregación por Don Rua, y entre sus tareas tenía a su cargo a los Exalumnos. Es durante estos años cuando se dota orgánicamente el movimiento, inicialmente con el impulso de la creación del Círculo San Juan Bosco, inaugurado en 1907, donde estaban representadas todas las clases sociales: obreros, empleados, comerciantes, profesores, médicos, sacerdotes,…, dando un magnífico ejemplo de aquélla fraternidad cristiana como uno de los frutos más hermosos de la educación salesiana recibida. En estos años se producen tres acontecimientos importantes para los AA.AA.:
- El primer gran congreso de Exalumnos (Turín 1911)[1].
- La realización del monumento a Don Bosco, cuya inauguración estaba prevista para 1915, pero por motivos de la 1ª guerra mundial tuvo que atrasarse.
- El segundo congreso internacional de AA.AA. y la inauguración del monumento a Don Bosco. Siendo Rector Mayor Don Albera, aprovechó la inauguración para hablar del monumento, de la asociación de Exalumnos y de las relaciones de los salesianos con éstos. Son dignas de atender todas sus palabras, resumidas en tres puntos: asociación, monumento, salesianos y exalumnos[2].
De estos tres grandes acontecimientos surgió la organización de la Confederación de AA.AA., con sus estatutos y sus nuevas orientaciones.
Don Albera, siempre tuvo en mucha consideración a los AA.AA. y recomendó a todos los salesianos que cuidasen de este sector tan importante de la actividad educadora de los salesianos[3]. También se preocupaba de formar a los futuros AA.AA.: Mientras pensamos en los exalumnos no podemos olvidar a aquellos que actualmente gozan de los beneficios de la educación de nuestro buen padre, en los alumnos de nuestras casas. Preparar buenos exalumnos, que sean para la congregación los más aficionados y celosos colaboradores. Para ello es necesario revivir por parte de los salesianos el carisma de nuestro fundador[4].
[1] El congreso estaba previsto para el año 1910, dentro de los festejos de las bodas de oro sacerdotales de Don Rua, pero su inesperada muerte en abril de ese año dejó sin efecto los festejos preparados, entre ellos el congreso internacional de AA.AA., que fue retrasado para septiembre de 1911, ya bajo el rectorado de Don Albera.
[2] Don Albera escribió a sus salesianos en numerosas ocasiones sobre el monumento. Puntualiza claramente que la idea ha nacido de los AA.AA. y que son sólo ellos los que la quieren llevar adelante para mostrar así su gratitud a Don Bosco por la educación recibida. Hace una bonita referencia a la relación existente entre salesianos, monumento y AA.AA.: Entre el monumento de Don Bosco y los AA.AA. existe una conexión muy íntima. La idea del monumento y de la Federación Internacional son (…) dos ideas gemelas, nacidas al mismo tiempo; y el monumento, expresión del afecto agradecido de los exalumnos, viene a ser también el centro, el estandarte en torno al cual se estrechan en un haz poderoso y compacto sus falanges. Es natural, pues, que el monumento me haga pensar más intensamente en ellos, mirando a los medios mejores para estrecharlos cada vez más entre ellos y con nosotros, y haciendo así más activo y eficaz su contribución a la acción salesiana.
[3] Todos estamos convencidos de la importancia máxima de tener unidos con nosotros y entre ellos, con el vínculo fraterno del afecto y con la ayuda moral y también material, a todos aquéllos que fueron educados por nosotros; se trata del fruto de nuestros sudores; son parte de nuestra vida, que no debemos permitir que se corrompan y se pierdan.
[4] Leamos, estudiemos con incansable amor su vida, esforcémonos de imitarlo en su celo ardiente y desinteresado por la salvación de las almas, en su amor y en ilimitada devoción a la Iglesia y al Papa, en todas las virtudes de las que nos ha dejado ilustres ejemplos. Tengamos como tesoro precioso sus enseñanzas… Sólo si nos formamos en el espíritu de Don Bosco podremos obrar como Don Bosco y obtener en nuestra obra de educadores aquellos frutos maravillosos de regeneración espiritual que obtuvo Don Bosco.
3. La organización de las asociaciones y federaciones
Don Rinaldi fue sin duda alguna el gran organizador de los AA.AA. Pese a ser considerado una persona de segunda fila[1], que dejaba a otros el papel protagonista, sin embargo fue el gran ideólogo del movimiento. Como inspector en España y Prefecto General en Turín, se preocupó con empeño en la formación y organización de las asociaciones en España, en Italia y en el mundo entero.
Fue él quien reguló la Federación y la quiso no reducida a un pequeño núcleo embrionario y limitado, inorgánico y puramente sentimental, sino fuerza viva y operante con fines concretos y metas claras. Fue quien le imprimió un amplio respiro y un radio de acción a los grupos particulares existentes en las distintas casas, quien reforzó y coordinó en ellos los vínculos de la común educación salesiana e hizo que las unidades particulares separadas se organizasen para que fueran una gran masa homogénea operativa y vital[2].
[1] Castano, 133; Fierro 99 y 102.
[2] Son muy conocidas las palabras que en el verano de 1926 exhortaba a trescientos directores y veinticinco inspectores en Valsalice: “Algunos creen que la organización de los AA.AA. es una obra inútil, y por eso la descuidan. Les recordaría que los AA.AA. son el fruto de nuestras fatigas. En nuestras casas, nosotros no trabajamos para que nos paguen la pensión y para obtener que los jóvenes sean buenos sólo mientras están con nosotros, sino para hacer de ellos buenos cristianos. Por eso, esta organización es obra de perseverancia; con ella queremos reclamarlos si se han desviado para que no haya en el mundo nadie que, educado por nosotros, tenga ideas contrarias a las nuestras. Nos hemos sacrificado por ellos y nuestro sacrificio no debe perderse” (Atti de Consiglio, 24 de junio 1926, 518).
El programa de trabajo se desarrollaba por las asociaciones, según sus posibilidades, de acuerdo con el Reglamentoaprobado por los Superiores Mayores, un programa mínimo, un programa medio o un programa máximo, con los siguientes contenidos:
- Programa Mínimo: Comprendía el distintivo y la Fiesta de la Unión anual[1].
- Programa Medio: Se comprendía con la lista completa de los socios, con sus direcciones y profesiones, carnet, distintivo, junta, local social, bandera, conferencias cuaresmales, biblioteca, fiesta social a Don Bosco[2], excursiones, socorros mutuos, cajas de ahorro postal, Cooperadores.
- Programa Máximo: Añadía a los anteriores banda u orquesta, catequistas para los Oratorios festivos, ejercicios espirituales o conferencias cuaresmales semanales, sección de propaganda (era el tiempo de la lucha por la Buena Prensa), organización profesional, inscripción en el Instituto de Reformas Sociales, casa o local social.
Don Rinaldi prestó especial atención a la promoción del laicado[3]. Quiso que las asociaciones a las que dio vida no fueran simples grupos píos, sino organizados sobre una base plenamente responsable de las opciones asociativas en las transformaciones sociales del tiempo.
Fue quien impregnó de una característica original el movimiento de los AA.AA. de modo que los pequeños grupos colegiales fueron elevados a federaciones nacionales e internacionales, por eso los AA.AA. de cada casa u oratorio no son ya AA.AA. de tal o cual casa, sino AA.AA. de Don Bosco, directa emanación del pensamiento, del alma, de la vida de Don Bosco mismo. Fue quien ha dado como alma a la organización una idea universal.
Así, si hoy en día cualquier exalumno está puesto en grado de sentir y vivir la solidaridad y la fraternidad con cualquier que en cualquier parte del mundo ame a Don Bosco, viva su espíritu y siga sus enseñanzas, se lo debe a Don Rinaldi.
[1] Un día pleno era el siguiente: Misa de Comunión, desayuno, partido de juego o bien visita a los talleres, reunión para intercambio de impresiones y una conferencia orientadora, ágape, Bendición y Salve a María Auxiliadora, y función de teatro representado por los propios AA.AA.
[2] En este día de San Juan Bosco había ágape fraterno y teatro.
[3] Tras la publicación de la Encíclica Rerum Novarum de León XIII, el mundo católico se había abierto un nuevo espacio para introducir los valores éticos del cristianismo en la vida pública. Don Rinaldi descubrió el valor del asociacionismo para promover el laicado, aún muy subordinado al clericalismo.
Actualmente, nuestra estructura tiene una composición piramidal:
- Asociaciones o Uniones locales. Son la base de la pirámide, sin ellas no existe el movimiento. Es la vida asociativa la que enriquece la casa salesiana correspondiente y vitaliza la Familia Salesiana. En este estrato, la figura del Delegado es fundamental. Debe ser una persona que se comprometa realmente con su misión salesiana, es quien acompaña a la Junta Directiva, especialmente a su presidente[1].
- Federaciones Regionales o Inspectoriales. Su función es la de animar y coordinar las asociaciones o uniones locales. En sus encuentros se produce el intercambio y convivencia de las asociaciones, principalmente de sus directivos. Es importante que la Junta Regional de la federación sepa darse a conocer a las uniones locales, y que pongan las bases del proyecto o programa común de su territorio, siempre unificando criterios.
- Confederaciones o Federaciones Nacionales. Es el siguiente escalón en la pirámide. Su junta debe hacer un trabajo de coordinación importante. El trabajo en equipo es la pieza del éxito. Es necesario que desde la Confederación Nacional se tracen líneas de acción comunes para todo el territorio nacional, especialmente en lo referente a la formación.
- Confederación Mundial. Es el pico de la pirámide. Su labor fundamental es la de coordinar a nivel mundial todo el movimiento exalumnal. Es la representación mundial del movimiento.
Elementos a cuidar en una Junta Directiva (válido para cualquier nivel).
- El Presidente ha de ser un gran conocedor del mundo de los AA.AA., estar identificado con el movimiento, además de poseer una serie de cualidades personales acordes con el espíritu y estilo salesiano. Se le han de exigir ciertas aptitudes directivas y estar preocupado por seguir formándose.
- La Secretaría y la Tesorería son los bastiones principales del Presidente. Al frente han de estar personas preparadas y que conozcan no sólo en funcionamiento de una secretaría (gestión documental, archivo, protocolo, conocimiento informático…) o una tesorería (contabilidad, llevanza transparente de las cuentas,…), sino que vivan la identidad del exalumno de Don Bosco.
- El Delegado ha de estar plenamente implicado con la realidad exalumnal. Es un conocedor del movimiento, ama a los AA.AA. y todo lo que ello conlleva. Conoce el nombre de las esposas e hijos del presidente y demás miembros de la Junta Directiva, está preocupado por el entorno de los miembros de la Junta y los acompaña en su vida cristiana. Les ayuda a vivir en su entorno social desde el punto de vista de Don Bosco. Por otra parte, se preocupa de que la Comunidad Salesiana sepa y conozca la realidad exalumnal de la casa.
- Debe existir una real preocupación por los jóvenes de los últimos cursos de cada centro educativo y hacer, al menos, un seguimiento semestral. El Director del centro ayuda a que la Junta Directiva de los AA.AA. tengan acceso a los alumnos de los últimos cursos, instando lo necesario para facilitar el contacto con la Asociación.
- Cuidado de la Formación en la Asociación. (identidad y sentido de pertenencia). La Junta es consciente de la estructura piramidal del movimiento, se identifica con él y es corresponsable, por lo que sigue las directrices que se le marcan desde el escalón superior. La formación continua es necesaria no sólo para los directivos, sino también para la masa asociativa. Existe en cada asociación un vocal de formación (cuando no lo es el Delegado) que se encarga de seleccionar y preparar los temas formativos[2].
- La Asociación prepara un proyecto propio cada curso o cada año, donde se recogen los objetivos y las líneas de acción para llevarlos a cabo[3]. A final de curso se hace la revisión correspondiente y se prepara el siguiente en base a la experiencia vivida u otros objetivos (por ejemplo, Aguinaldo RM, objetivo inspectorial, conclusiones y compromisos de encuentros regionales o nacionales…). El proyecto fortalece los signos de identidad.
- La Asociación tiene especial cuidado de los AA.AA. más necesitados. En nuestros orígenes está la Ayuda Mutua que nos decía Don Bosco. Es una tarea que no debe quedar olvidada y formar parte de las actividades anuales de la Asociación.
- La Asociación tiene conciencia de formar parte de la Familia Salesiana, y así lo hace valer en el Consejo de Familia Salesiana y en cuantos eventos locales, regionales, nacionales o mundiales participa.
[1] Pienso que el Delegado ha de ser una persona con un conocimiento mínimo del mundo exalumnal. Se le ha de exigir que conozca a fondo a los dirigentes de la asociación local para hacerse presente y preocuparse en su entorno (familia, trabajo, problemas, onomásticas…). El Presidente de la Asociación ha de sentir “su aliento en el cogote”, como siempre he dicho. Una asociación sin un apoyo incondicional de su Delegado, está llamada a su debilitamiento y, en ocasiones, a su desaparición.
[2] Los temas de formación pueden ser facilitados por la propia Confederación Nacional o Regional, siguiendo un plan de formación específico, lo que conlleva uniformidad en la formación; también pueden ser facilitados por la propia Inspectoría Salesiana, o bien por la Diócesis correspondiente. Lo realmente importante es que se siga formación específica en las Asociaciones.
[3] El crecimiento de cualquier persona descansa en tres pilares básicos y fundamentales: la meta, el camino y la motivación. La meta es el objetivo que queremos lograr, el deseo que queremos hacer realidad, el horizonte hacia el que queremos caminar. El camino es el medio a través del que vamos a lograr nuestro objetivo; es el cómo vamos a llegar a la meta. La motivación es el motor para caminar y llegar a la meta.
4.. Los grandes retos actuales
Recordemos que el reconocimiento agradecido está en el origen, es la razón de ser de los AA.AA. Y este motivo de gratitud permanecerá siempre en nuestro corazón. Y también decía al principio que las situaciones que le tocó vivir a Don Bosco son muy diferentes a las actuales, especialmente los alumnos de hoy. Pero evidentemente, si queremos afrontar los grandes retos que nos ha tocado vivir, hay aspectos que no pueden cambiar sin desvirtuar la identidad del movimiento exalumnal, como son el origen de los AA.AA., la importancia de la figura de Don Bosco, el sistema educativo del fundador, la identidad de los AA.AA. y la Asociación y la vida asociativa como prolongación de la casa salesiana.
Por tanto, siendo conscientes de la Familia Salesiana a la que pertenecemos y de que la relación del alumno-educador salesiano es bidireccional, podríamos señalar dos grandes retos, primero, para los salesianos y educadores salesianos:
- El de definir con claridad los valores esenciales que se quieren inculcar en la educación salesiana; valores que sean irrenunciables y unitarios. Esto les exige conocer y estudiar bien a Don Bosco y ver bien el qué, el cómo y el dónde está su verdadero espíritu.
- El del conocimiento a fondo y la aplicación segura, inteligente, amorosa y convencida del sistema preventivo, sin titubeos y sin tibiezas. Los AA.AA. están marcados profundamente por esta relación educador-alumno, lo que exige un ambiente cálido de amistad y relaciones humanas, donde educadores y alumnos estén asociados en una auténtica experiencia vital: hacer familia y hacer comunidad.
Y respecto al movimiento exalumnal, además de los que ya se han indicado a nivel organizativo, sus retos podrían ser los siguientes:
- El exalumno vive comprometido apostólicamente, según el carisma de Don Bosco, orientado a los jóvenes y con la alegría que se sigue del ser discípulo de Cristo[1].
- Al estar particularmente preparados por la educación recibida, podemos asumir la responsabilidad de colaborar según la finalidad humana propia del proyecto del salesiano[2]. Podemos participar de muchas maneras en la misión salesiana: formando a las nuevas generaciones de exalumnos, involucrándonos en el Proyecto Educativo Pastoral, implementando la experiencia del voluntariado social en las nuevas fronteras de la Congregación, involucrándonos en los servicios sociales de salud, alfabetización, evangelización, catequización…
- Debemos involucrarnos en la Pastoral Familiar de nuestras Parroquias: promover y participar en itinerarios de educación para el amor, especialmente, para adolescentes y jóvenes; promover proyectos educativos para ayudar a los jóvenes a un uso crítico y responsable de los diferentes tipos de medios (redes sociales, televisivos o radiofónicos, Internet…); dar seguimiento a las jóvenes parejas de novios ofreciéndoles cursos de formación para novios[3]; apoyar las instituciones que dan acompañamiento a las familias y a las parejas en dificultad.
Termino con unas palabras de Don Pascual Chávez, siendo Rector Mayor, donde nos dice que estamos llamados a “hacer entender y triunfar la prioridad del espíritu sobre la materia; la prioridad de las personas por encima de las cosas; la prioridad de la ética sobre la técnica; la prioridad del trabajo sobre el capital; la prioridad de una justa distribución de los bienes; la prioridad del perdón sobre la justicia; la prioridad del bien común sobre intereses personales (…) En este momento la Sociedad, la Iglesia y la Familia Salesiana les pide tener cercano al corazón y defender a toda costa determinados valores con empeño social, político y económico; de modo especial los valores de la vida, de la libertad y de la verdad. Ustedes, están llamados a desarrollar la misión como laicos con competencia profesional, con conciencia moral y con empeño social[4]”.
[1] Estatuto de la Confederación Mundial de Exalumnos de Don Bosco, 2011, Art. 2, a), p.17.
[2] Il progetto di vita dei Salesiani di Don Bosco, pag. 115.
[3] Capítulo General XXVI de los Salesianos de Don Bosco, Roma, 23.Febrero – 12.Abril de 2008, Nº 109, p. 110.
[4] P. Chávez, “El Exalumno de don Bosco y su implicación hoy en la Sociedad y en la Iglesia”.Ponencia presentada en el Congreso Mundial de los Ex Alumnos de Don Bosco, del 26 al 29 de abril de 2012, en Turín.
Para la reflexión
- Del nacimiento del movimiento de los AA.AA.DB., señala tres elementos que siempre han tenido un gran significado para ti.
- ¿Qué sabes o conoces del nacimiento de tu Asociación Local? Fecha de constitución, nombre de presidentes anteriores, actividades puntales en la vida asociativa a lo largo de los años….
- ¿Está mi Asociación verdaderamente organizada? ¿Qué le falta o sobra, y qué mejoraría?
- ¿Cómo se hace presente mi Asociación Local en la vida de Familia Salesiana de la casa? ¿Verdaderamente se involucra?
- ¿Cuáles son los grandes retos de tu Asociación Local?
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